lunes, 28 de octubre de 2013

Retrato III: Amor de Machos

Marco

No reconoce sus canas, ni su barriga. Allá, en sus años mozos, fue el "Rey de la Belleza del Trópico". El sigue siendo ese muchacho. De acuerdo a su reputación, se acerca a contarme de las viajeras que se han enamorado de él. Después me invita una cerveza. "Ya no tengo dueña"- me dice guiñándome un ojo.
Sus amigos cuentan como RossMary, la mujer que trabaja en el hospedaje de su padre y otra mujer del mismo pueblo, se pelean por él en el mercado central. "Eso ya fue"- me dice con gesto de superación y orgullo.
En la madrugada, la voz de Marco retumba por los pasillos del hospedaje rogándole a RossMary que le abra la puerta de su cuarto.


Antonio

"La vida del maestro rural es vida de gitano"- recita Antonio, mientras se pinta de oscuro los cabellos blancos de su cabeza. "Tengo 9 hijos, 4 del primero y 5 del segundo. Es casi como no tener ninguno...nunca los veo."
Parte de su profesión el desarraigo, se interna en la selva a comienzos de marzo y recién vuelve a la ciudad de Trinidad en diciembre.
"Lo mejor de Bolivia es el cementerio y el manicomio de Sucre, la ciudad Blanca" -me recomienda y evoca sus años de estudiante en aquella ciudad. "¿Será por eso?"- me pregunto sin comprender.
Ya no tiene mujer, afirma por la tarde. En la mañana, su voz endulza el canto de los gallos, al pedirle a Ella que venga a visitarlo.

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