Cómo decirlo: no hay palabras nuevas.
Es la vida, repitiéndose una vez más.
Cómo decir pájaro, sudor, esperanza.
Cómo decir fuego, libertad, carnaval.
Es eso: una red de viento,
huracán que nace en este abrazo multitudinario.
Un camino polvoriento,
marcado por la sombra y la semilla,
marea de voces, colores y tiempos.
Vamos todos juntos,
esferas luminosas ardiendo sobre la arena,
escurriéndonos en el relato de lo que viene.
Es el murmullo,
la celebración de un sueño que nos atraviesa desde el plexo,
y perfora las murallas del espacio,
simplemente un puente, pasadizo, túnel.
Encastres, la misma sangre estallando en cada latido.
Espíritu invencible, secreto, alimentado por el hambre,
nacido bajo el sol calcinante,
un cuerpo que comenzó a gestarse el día en que dos miradas se cruzaron bajo el sudor
y se vieron espejo/ hermanos/ la boca cosida por el cansancio.
Cuerpo mutilado demasiadas veces,
desterrado,
ha rondado las alcantarillas y los cementerios,
apenas una luz tenue/ una espalda en sombras,/un mapa en la piel/ células esparcidas en la clandestinidad del ocaso/ ahora vuelve a las calles a expandirnos los pulmones, a recordarnos lo que de verdad somos.
Y así/ la lucha se percibe detrás de cada uno de nosotros, venimos con los pies cansados pero el alma abierta en una fiesta porque
se percibe, se sabe, hay mucho por delante
pero un día/
vamos a cabalgar el amanecer.
Me encanto la ultima parte marian, fue mi favorita.
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