Acurruco este deseo desde el centro de mis latidos
le hago un hogar en las palmas de las manos
y le susurro canciones para darle ánimos al vuelo.
Pido disculpas, me río.
Hay días en que no puedo con la nostalgia
es que yo sé que ha llegado el tiempo.
La luz atraviesa mis dedos,
estalla sobre el sonido del día
y se perfuma en los aromos del espinillo...
Este deseo,
nacido entre las astillas de la copa rota,
se abre desde el centro de mi cuerpo
y reclama su lugar al universo
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