lunes, 15 de abril de 2013

Constelar



1.
¿De quién son estos muertos sino míos?
Historias de otros surcan mi historia.
Yo tejo el universo con el que me nombro, 
pero el hilo
llega ancestral a escribirme la piel con hábitos
que marcan rupturas en los días.
Siempre el abismo cercando mi paso.
Catacumbas de aire
por donde se asoman los ojos de quienes olvidaron el camino al cielo.
Se enroscan en mis rodillas,
amedrentando las pulsaciones,
llamándome invisibles sobre los hombros.
Pidiendo. Reclamando.
Esta raíz respira conmigo,
hinchada de fuego
se hunde profunda en la tierra oscura.
Vengo de esas profundidades,
gestando mis propias muertes voy naciendo.
Me reconozco y me parto
para volver.
¿Quiénes fueron mis ancestros si no fui yo?
Ordenar. Limpiar. Hacer lugar para cada cosa.
Devolver. Tomar. Construir espacio.
Poder elegir.
Te veo:
incorporo lo que falta
y te pido
                                                    Dejáme seguir.


2.
Caigo de rodillas
Soy/ frente a mi 
                                                             y el espejo somos todas.
Mujeres que trabajan hasta el hartazgo
con el hambre haciendo arcadas en las entrañas.
Mujeres viviendo en silencio/
esclavas pariendo hijos esclavos.
Llevo entre mis omóplatos
el grito
como un tatuaje doliente y esperanzado en la revancha de un día.
Mujeres que amasan el pan/ limpian la casa/ atienden al marido.
Mujeres que no saben de caricias/ ni del amor de los hombres.
Mujeres-pájaro
heridas,
viendo pasar el tiempo como una película que siempre dice lo mismo
recreando la pobreza sobre el barro de su casa/
muriendo en el anonimato con la angustia hecha carne.
Yo soy ellas.
Y también
soy esas mujeres que por amor,
se abren camino en la selva,
se animan al mundo
y luchan como pueden 
para no acostumbrarse a la tristeza.
Mujeres que saben el lenguaje de la tormenta,
que enloquecen
y se enfrentan al espejo
para refutar  la historia.
Llevo en mi la contradicción,
mi voz les canta/ las invoca/ las celebra
porque son ellas las que se levantan  en el amanecer
silenciosas/ gritando/
a recorrer los caminos del mundo/
sostenerlo
y transformarlo.


3.
“si al menos
pudiéramos alcanzar al otro con un gesto
tal vez lo salváramos
salvándonos”
Yolanda Gozalvez.


¿Dónde la línea divisoria entre los míos y los tuyos
si somos siempre un nosotros?
El costurero de mis abuelos,
las herramientas y semillas del huerto,
los platos de sopa,
el fusil empuñado,
el llanto del victimario recorriendo la cadena de vidas.
¿Quienes son estos muertos?
A quién le duele el hijo que se lleva la violencia,
A quién el basural de mi barrio, 
el padre asfixiado en las minas,
los hematomas en mi piel. 
Quién se avergüenza por aquel que incendió casas en la miseria,
familiar de quién, los ojos escarchados en la intemperie de la noche.
Quién responde por vos cuando no podes dejar de mentir.
Estuve en el comienzo,
todos tenemos el mismo apellido.
¿Mis muertos?
Lo único que veo son cauces de un mismo río.
Movimiento dominó al centro del cosmos,
procesión de generaciones percutiéndose unas a otras.
Asumir tu lugar es saberte el mundo entero.