lunes, 31 de octubre de 2016



La Telesita


A Euge

Una a una,
va cortando las raíces de su pelo
 y con ellas,
despega un poquito más.
Ahora vuela. 
No puede definir la sombra
si sus ojos de búho se despiertan en la oscuridad
y se vuelve tan clara que ninguno de nosotros la comprende.
Su inventario de bruja, está escrito con los idiomas del misterio,
indescifrable para el plano de la razón donde se mueve nuestro lenguaje.
Ella habla monte, instinto y fuego.
Ella habla luna oscura, profundidad y laberinto.
Llega como el viento, libre de prejuicios, a despeinarnos
“¿Qué es la noche? –pregunta- ¿qué es el día?
si adentro siempre hay luz”
No hace falta que me digas,
detrás del cuerpo y sus gestos,
tu corazón alumbra
y te cuida en este camino escarpado donde no puedo seguirte.
No hace falta que me digas, yo sé que bailaste a ras del suelo, Telesita
y que así es el fuego; un camino de valientes,
un camino sin retorno.
Ahora hay que danzar hasta que tus alas se vuelvan ceniza
y puedas tocar la  tierra, una vez más.
Acá te espero.
Como hiciste vos conmigo,
para darte agua después de un largo viaje.
No olvido que también supiste ser refugio para mi cansancio,
para mi alegría y mi pena.  
Ahora danza Telesita,
incendianos con tu fuego hasta que caiga lo que no es verdadero.
Salvaje y revolucionaria,
llama encendida,
andá hasta donde necesites.
El amor que hemos construido,

es suficiente para vernos llegar. 

domingo, 6 de marzo de 2016


MUDAR

Trabajo duro sembrarse, 
volverse mujer pedestre 
si el corazón está acostumbrado a tanto vuelo..
Difícil el llamado de la tierra a volverte profunda.
Porque los pies de la caminante - tienen el cuero duro de tanto andar 
en las superficies del mundo, 
y ahora, 
deben romperse para que crezcan las raíces de la mujer árbol. 
Dolorosa mutación, 
Esforzado respirar 
Porque cuando un cuerpo reclama sus límites 
y se dispone a danzar en la tribu, 
rompe el espacio, 
desequilibra, 
desarmoniza, 
acelera corazón abierto, 
se dispone al juego 
y hay alegría en ese vértigo
de llegar como el  Huayra  
-viento sagrado que sueña la raíz de su revolución-  
¡a contrapelo va! 
los sentidos despiertos confiando en el sostén:
Tierra abajo, 
continentes a los lados
impulsando la intención de la semilla; 
se abre el cuerpo de la danzante
y estalla.