miércoles, 24 de octubre de 2018

Animal


El olor de la tierra húmeda alivia las mandíbulas apretadas,
las ciudades nos convencen que la supervivencia está en
                                                          soportar o morir
Apretamos los dientes,
en vez de mostrarlos.
Cerramos la glotis en vez de abrirla
y gritar.
Gritar.
Si,
con la cara bien roja,
llena de venas hinchadas
y los ojos feroces para ahuyentar al perpetrador .
Soportar es quedarse inmóvil
la quietud
es muerte
¿Hasta dónde puede resistir un cuerpo?
Por eso la tierra húmeda alivia,
por que recuerda.
sostiene
susurra
y abre los ojos del reptil agazapado en el cuenco del cráneo
Defenderse,
proteger la cría,
sacar las uñas,
darle batalla a la muerte
¿hasta donde puede un cuerpo tolerar su propia crispación?
Respirar,
ablandarse
las flores de los jazmines entre los basurales de mi barrio
quiebran el horror con dulzura,
nacen en las veredas de les pobres
para recordarnos que lo bello,
también nos pertenece
los jazmines cuando florecen traen siempre el abrazo de mi madre:
ese país en el que todo está bien
y no existe la indiferencia.
¿Hasta dónde puede resistir una psiquis hambrienta?
el alimento que trae la fuerza,
no es sólo la comida.
En esta latitud de trigo,
amasamos pan que no nos pertenece,
les vecines
lo ven pasar frente sus narices,
"nieguen sus tripas" -es la orden
¿en serio?
¿no es un acto de rebeldía?
tomar ese pan tibio,
sabroso,
hecho con nuestro esfuerzo
y saciarnos.
Es un acto de rebeldía
bailar,
hacer un asado con los últimos pesos del mes
e invitar a les amigues.
Es un acto de rebeldía tomarse un vino,
mirarnos a los ojos,
rozarnos,
gustarnos,
Abrir las bocas,
las manos,
las piernas,
los corazones.
Sacar la lengua,
lamernos,
saborear pieles
y calmar juntes las hambres.
¿Hasta dónde
puede
resistir un cuerpo?
Lo salvaje nos salva.
Locura es sentir vergüenza,
negar lo necesario,
mentirnos a nosotres mismes
y dañar.
¿Cuanto frío puede soportar un corazón?

sábado, 15 de septiembre de 2018

Sueños Diurnos






 Sueño con colibríes.
Abandonan sus vuelos solitarios,
y llegan en bandadas.
Estamos amaneciendo
abrazados
sobre la selva.
No puedo verte
pero sé que sos vos
porque reconozco las heridas,
el calor de hogar en ese espacio entre tu cuerpo y el mío.
Vuelvo a cerrar los ojos,
sonríe la piel,
donde quiera que estés,

nos hemos perdonado.

lunes, 30 de julio de 2018

No queda otra


Lo supe entonces,
lo sé ahora;
sentada en este vagón.
El incendio alrededor del camino, augura cambios
las chíspas de la velocidad, peligro
la tensión del cuerpo, mi sangre en estampida,
el amor.
Otra vez el amor y la telenovela de las 9. 
Voy.
Con destino incierto, 
a cumplir mi destino.
Ese que construimos tiempo atrás
cuando podrían haber servido los oráculos,
las advertencias,
los consejos.
"no hagas esto"- "hacé aquello"- me dicen ahora
y yo sonrío porque sé que ya no puedo bajarme de este tren.
Aunque se estrelle
y se haga trizas mi corazón.
No puedo.
Pero como quien no quiere la cosa,
voy guardando soles de invierno en mis bolsillos,
para entibiarme las heridas 
cuando llegue la hora.


jueves, 19 de julio de 2018

TEMBLAR



Amanece el movimiento,
llega el fuego, 
la claridad, 
el calor 
el hacer. 
La gente hace,
se hace,
se sostiene

...yo tiemblo.
Tiemblo en mi profundidad abismada,
en la rigidez del cuerpo,
en el aguacero de mis pupilas.
No soy de acá.
Ahora lo sé
pero en la medida de mis posibilidades,
elijo,
por eso tiemblo.


Tiemblo
y me aferro a la esperanza de que después de este momento en el que las plantas de mi jardín
amanecen mutiladas
hay otra cosa.
Tiemblo en silencio
y acepto:
amar no nos hace importantes para las personas que amamos,
el esfuerzo no siempre tiene recompensas,
el corazón también se equivoca,
y aunque no podamos verlo ahora,
estamos yendo hacia algún lugar,
arrojados al devenir
no hay protección ni adelanto.
Tiemblo porque ahora sé que el Deseo
se ha convertido en mi victimario
y entonces,
sólo queda este gesto ínfimo de resistencia:
temblar de amor,
de horror,
de impotencia,
de tanto hacer fuerza para detener el movimiento insalubre y cotidiano.
Temblar
- finalmente-
como un pétalo conmovido por el viento,
por su propia fragilidad,
por su propia belleza.

domingo, 29 de abril de 2018

De cansancios y placeres



Ya no pido nada,
Agotado el corazón de mendigar ante tus murallas
aprendió de las virtudes de la piedra:
ahora también sé esperar
 y el remedio llega,
como la lluvia que cae en la selva después de un día de calor,
como esta presencia que me regala la luna,
alivio y misterio,
el deseo que aprendo a tejer a mi alrededor con hilos invisibles y tibios,  
el goce de un instante,
estar presente
cruzar miradas,
sonreír levemente
rozarse
saber que sucederemos.



El placer es deforme,
un monstruo insaciable si está bien alimentado.
Los contornos se desvanecen en el torrente,
somos este jadeo,
la precariedad de tiempo y espacio,
la decisión de coincidir
Sosteneme con firmeza
y no sueltes la ternura que vamos a morir un poco en este abrazo.
te prometo que me quedo hasta que vuelvas a respirar
y puedas
abrirme la puerta.